5 de agosto de 2015

Vacaciones de verano para ti.

En febrero de 2015 firmé un contrato de refuerzo de guardias (1-2 guardias cada fin de semana y un día de consulta de médico de familia, correspondiente al saliente de guardia de un titular) en un Punto de Atención Continuada (PAC). Es decir, en un centro de salud que -por su distancia al hospital y la dispersión geográfica de la población- presta atención las 24 horas del día: consulta de 8h a 15h y a partir de esa hora y hasta las 8.00h del día siguiente hay un equipo de guardia (conductor, enfermero y médico). Si el equipo de guardia recibe un aviso externo (del 112) o debe acudir a un domicilio o trasladar a un paciente al hospital, no hay un segundo equipo que lo cubra y, en su ausencia, cualquier urgencia grave que surja o llegue al centro debe ser atendida por el personal sanitario de los municipios vecinos (debiendo trasladarse el paciente por medios propios), o bien avisar al 061-UME (situada a 20 km) si la atención urgente no es demorable. Hasta aquí todo "normal" para un PAC; si es que esto se puede considerar normal, sobre todo en épocas de gran presión asistencial con casi 100 pacientes por guardia y 2-3 traslados al hospital. Cifras más propias de un SUAP o de una población con el triple de habitantes.

Es conveniente realizar  algunas aclaraciones sobre el contexto sociocultural y demográfico del municipio para entender la realidad asistencial del PAC. En el cento de salud hay 4 cupos de médicos de familia y 1 cupo de pediatría de AP; todos por encima de las 1700 tarjetas (casi todos en torno las 2000 tarjetas y alguno por encima de esta cifra). Estas consultas se enmarcan en el contexto de un  municipio con:
  • una alta tasa de población no hispanohablante (auténticos guetos, aunque aquí los hay de ricos y de pobres) y/o con bajo nivel cultural y socioeconómico;
  • una pirámide poblacional atípica, con la base ancha pero con los dos tercios superiores aún más anchos;
  • aproximadamente un 10% de los pacientes del centro son pacientes inmovilizados o precisan cuidados paliativos. Este grupo de pacientes genera en torno al 10-15% de las atenciones en urgencias y en la consulta de AP.
  • las prevalencias de patología dual, patología psiquiátrica grave y problemática sociolaboral son de las más altas de la Región;
  • hay una gran dispersión geográfica, lo que implica que los avisos urgentes en mitad de la consulta o durantela guardia conlleven desplazamientos de hasta 15-20 km y en torno a 90-120 minutos si hay que trasladar al paciente al hospital;
  • hay un aumento importante de población los fines de semana y en periodos vacacionales, así como también hay una cantidad importante de personas que están residiendo en el municipio (y consultando en el centro) sin estar censadas;
  • existe una altísima frecuentación en AP y más del doble y a veces el triple de pacientes atendidos por guardia respecto al PAC del municipio vecino, pese a tener sólo un 50% más de población.
En resumen: un municipio perfecto para un joven médico de Familia al que le gusta la comunitaria. Siempre y cuando pudiera trabajar como médico de familia...

A mi nunca me ha gustado doblar. Ni en verano ni en Navidad, pero mucho menos en verano. Eso de ver 20 pacientes citados (+5 huecos de urgencias) de cada cupo, 1 cada 5 minutos, nunca me ha parecido buena idea. Siempre que he doblado he visto cómo solicitaba más pruebas y prescribía más medicamentos que en una consulta normal, al mismo tiempo que empeoraba la calidad asistencial y se empobrecía la información registrada en la historia clínica. Y a más retraso acumulado, más ineficiencia. Esto es algo que, lejos de obsesionarme, sí que me preocupa porque, aparte de meticuloso, soy muy considerado con quien venga cuando yo me vaya ("otro vendrá que bueno te hará", dicen) y porque creo que aunque nosotros y los pacientes no tenemos la culpa de cómo los técnicos y los políticos gestionan el presupuesto de sanidad, a nosotros, como trabajadores, sí que nos corresponde mejorar la calidad asistencial y la gestión del tiempo; habida cuenta que los de arriba no quieren/pueden/saben gestionar mejor, o no tienen las mismas prioridades que nosotros (y con nosotros no me refiero ni incluyo a todos los médicos de AP, sino a los que de verdad nos creemos todo esto).

Pues bien, esta semana estoy doblando (pasando dos consultas) que me están suponiendo un verdadero quebradero de cabeza en cuanto a la responabilidad del médico en la gestión del tiempo, y en cuanto a qué habilidades tengo y cuáles debo adquirir para salir airoso de semejante tortura, porque este doblaje no tiene ni se merece otro calificativo...
  • Consulta nº 1: cupo en torno a 2000 tarjetas, 45-50 citados/día y se ocupan todos los huecos de urgencias todos los días, más 3-4 urgencias "forzando agenda" . En los últimos 6 meses la media es de 2.8 motivos de consulta por paciente, 10 analíticas/día y 2-3 informes/día. La media de edad del cupo es joven en comparación con la media de los cupos del PAC y del área. El médico titular acaba la consulta a las entre las 15h y las 15.30h.
  • Consulta nº 2: cupo en torno a 2000 tarjetas, 40-45 citados/día incluyendo todos los huecos de urgencia, pero en torno al 10-15% son "recetas". En los últimos 6 meses la media es de 2 motivos de consulta por paciente, 10-12 analíticas/día. Es un cipo con pacientes conflictivos pero el titular lleva varios años, los conoce bien y acaba sobre las 14.30h
Cuando doblas estas dos consultas, te cargas todo lo bueno de cada una de ellas (pacientes conocidos, visitas programadas, revisiones, domicilios, paliativos, etc) y además estas sumando todo lo "malo" de ambas... De ahí que, aunque sólo haya unos pocos huecos más de citas respecto a un día normal, el nº de urgencias y pacientes desconocidos y/o de difícil manejo en 5-10 minutos sea proporcionalmente mayor al de un día normal de consulta (y eso que los días "normales" no son precisamente tranquilos), sin olvidar que muchos pacientes están de vacaciones y aprovechan para venir al médico con varios motivos de consulta que no han podido consultar antes por motivos laborales... De ahí que en la agenda de hoy hubiesen 60 citados (1 cada 5 minutos, de las 9h a las 14h y sin posibilidad de modificar la agenda) + 8 urgencias, con una media de 2.5 motivos de consulta/paciente; más 13 analíticas, 2 citologías y otras pruebas complementarias para revisar y pasar a la historia clínica; más 2 informes médicos y 1 informe para visado de medicamentos... De ahí que, pese a "correr", pese a hacer una entrevista dirigida y a practicar la tan aborrecida y despreciable "medicina de guerrilla" se acumulen cada día hasta 1.5-horas de retraso en la segunda mitad de la consulta, cosa que no ocurre en una consulta "normal"... De ahí que, gracias a que 4-5 no han aguantado semejante despropósito y se han marchado sin ser vistos, haya acabado la consulta entre las 15.45 y las 16.15h todos los días, incluso teniendo guardia a partir de las 15h, con lo que eso conlleva en cuanto a lío de pacientes del cupo y pacientes de urgencias, o en cuanto a poder tener 15 minutos para comer antes de empezar la guardia... Y todo ello sin descanso alguno y contando con la suerte de no haber tenido que salir a ningún aviso a media mañana, lo cual es bastante habitual.. Todo esto es demencial, inhumano, contraproducente para los profesionales y, por supuesto, genera descontento en los pacientes.

Y todo esto viene a cuento de una idea que me ronda la cabeza, y es que sigo sin comprender cómo se gestionan los contratos de sustituciones de verano (cuántos sustitutos por centro y de qué depende:), ni cómo se gestionan los doblajes de consulta (nº total citas disponibles por día y cómo se calcula). Me ha dado por pensar y darle vueltas a qué criterios siguen las persona encargadas de estos menesteres (si es que siguen algún criterio) y si son los más apropiados para lograr según qué objetivos; porque supongo que lo prioritario (aunque lo piense, no me atrevería a decir: "lo único relevante")  para quienes toman estas decisiones es contener el previsible aumento de la demora en AP debido a las vacaciones de los titulares y hacerlo con el menor gasto posible. Si esto es así, si lo único que cuenta es que los doblajes sirvan de freno al aumento de la demora en estas fechas, cosa que desde el punto de vista técnico me parece respetable, que lo digan y ya está... Ahora bien, que lo digan teniendo en cuenta el "precio a pagar". Y cuando digo precio no hablo sólo de dinero, que también (calidad asistencial paupérrima = medicina de guerrilla = ineficiencia: aumento de solicitudes de analítica y otras pruebas complementarias, re-citaciones y re-consultas, aumento de frecuentanción en urgencias por problemas no atendidos en AP, etc).
 Todo esto tiene también tiene un efecto negativo en el personal sanitario: empezando por las condiciones en las que se pasa la consulta, pasando por la sensación de no dar abasto y terminando con la precariedad laboral de estos profesionales (nº de sustitutos insuficientes que adem´´as se ven forzados a ir encadenando contratos de días sueltos en diferentes puntos asistenciales para ir cubriendo los huecos que los titulares van dejando, y a Dios gracias; y en el otro extremo, contratos de lunes a viernes sin cobrar/cotizar los fines de semana pese a estar todo el verano doblando en el mismo centro de salud, con el agravio que supone en comparación con los titulares).

Hay que darle vueltas a este asunto. Si por trabajar en un centro de salud (AP) la Gerencia entiende sentar a una persona frente a un ordenador para precscribir o pedir analíticas y otras pruebas sin escuchar y explorar a los pacientes en condiciones (y a veces sin explorar siquiera), desde luego que los doblajes no merman la calidad asistencial en AP y va a ser cierto que cualquiera con/sin el título de médico está preparado para pasar la consulta del médico de Familia. Ni domicilios, ni crónicos, ni nada que no sea  saludar, prescribir y despedir para llamar al siguiente. A eso reducen a la AP y a la especialidad de Medicina de Familia (4 años de formación MIR para actuar como un robot, o como un internista quemado). Por otro lado, si yo he obtenido fácilmente estos datos de mi PAC y de los cupos en apenas una hora y no llevo trabajando aquí ni un año la Gerencia también los puede obtener y de mayor calidad, más completos. Otra cosa es que se atienda a esta realidad. Pero, claro está, si se van a seguir unos criterios meramente economicistas y no se va a atender la realidad no ya de cada cupo, pero al menos sí de cada centro de salud a la hora de planificar las sustituciones, es que también cualquiera puede dedicarse a la gestión sanitaria...

15 de enero de 2015

HIPOCRESÍA MÉDICO-POLÍTICA, o de cómo los catarros evidencian (y sus explicaciones ocultan) los recortes en AP.


Se supone que los centros de salud son el eje de la Atención Primaria (AP) y constituyen un elemento esencial para garantizar la accesibilidad y la equidad en la asistencia sanitaria. Actualmente, en Murcia, la gran mayoría de los centros de salud están abiertos de 8.00 a 15.00h y la asistencia médica es un derecho que cualquier empresa debería reconocer sin cortapisas ni medias tintas, y no debería acarrear un perjuicio salarial ni otro tipo de sanciones para quienes, por motivos de salud, acuden al médico en horario "de trabajo". Esa es la teoría, pero la realidad es que muchos ciudadanos no pueden acudir a un centro de salud en/con "horario de oficina", aunque su motivo de consulta sea urgente.

Por eso se crearon los servicios de urgencias de atención primaria (SUAP), que a su vez sirven como dispositivo de contingencia de las urgencias (y casos no tan urgentes o nada urgentes) que no han sido atendidos en AP por diversos motivos, siendo los más frecuentes: "mi médico no me podía ver", "no me daban cita", "no puedo perder el día de trabajo porque me echan / no me lo pagan"; pero también ven  aquellos casos que, aun habiendo sido atendidos por su médico, estiman subjetivamente que han empeorado o que el médico no ha "acertado" desde el punto de vista diagnóstico-terapéutico.

Además, los SUAP son un dispositivo intermedio entre AP y el hospital para garantizar un adecuado triage de los pacientes que requieren (o no) una atención en urgencias hospitalarias. En esta cadena asistencial de las urgencias, finalmente están los hospitales (urgencias hospitalarias), donde, si todo lo anterior ha funcionado bien, se atenderán las emergencias y las urgencias que han sido triados en AP o en el SUAP (urgencias extrahospitalarias), además de aquellos casos que han acudido directamente al hospital sin pasar por los recursos extrahospitalarios, también por diversos motivos, incluyendo la desconfianza en su médico de familia o una mayor confianza en la medicina hospitalaria. Nos guste más o nos guste menos, existe aún una cantidad importante de usuarios que consideran que en el hospital los van a atender antes y mejor por cualquier patología, viendo al médico de familia como un médico general (sin especialidad) que sólo está para recetar, hacer informes y atender cosas banales.

Por experiencia personal, la asistencia directa y de forma sistemática de pacientes de nuestro cupo a los servicios de urgencias del hospital sin pasar por los servicios extrahospitalarios, en general, y por el centro de salud en particular se debe principalmente a malas experiencias previas que han dado como fruto una mala relación médico-paciente (por los motivos que sean y que merecerían un post aparte), y también por una falta de pedagogía por parte del médico de familia, no haciendo educación sanitaria, no explicando la evolución posible y probable de enfermedades prevalentes y los criterios de alarma ante los cuales debe consultar, no planificando un seguimiento cuando es preciso descartar patología no urgente, no explicando que no todo es enfermedad y que no todo tiene tratamiento, dejando a criterio del paciente (que no tiene por qué conocer los circuitos clínicos) cuándo y dónde debe consultar para seguir su evolución... Claro está, todo este proceso consume tiempo y conlleva retrasos en la consulta del médico y la triste realidad es que cuando llevas una hora de retraso no siempre te acuerdas de hacer esa pedagogía. A veces simplemente no te da tiempo, y esto también hay que saber manejarlo desde el punto de vista científico-técnico y ético-moral, porque, si bien es cierto que cada paciente necesita un tiempo distinto (se supone que trabajamos con el enfoque biopsicosocial  y comunitario), también es cierto que en algunos centros de salud, si acabas después de las 14.50-15.00h, te miran con malos ojos e incluso te recriminan porque "los compañeros que tienen que cerrar no tienen culpa de tu retraso" (caso real). 

Los que además de trabajar de forma precaria en centros de salud hacemos guardias en urgencias sabemos que el tiempo es oro. Pero lo es no sólo para el sistema (gestión), también lo es para los médicos (abordaje integral y longitudinal)  y por supuesto para los pacientes (calidad asistencial). A nadie le gusta tener que empezar a trabajar una hora tarde porque no te dan las claves o porque el sistema informático o la impresora no funcionan; ni tener que esperar 3 meses para una cita con otro especialista al que no me ha enviado mi médico de familia sino un médico que me ha visto en el hospital por otra cosa; ni 2 meses para un electromiograma "indispensable" para programar una cirugía que si la mutua hubiese aceptado hacerse cargo del proceso se habría programado en 2 semanas "por aquello del coste de la baja"; ni 6 horas ni 3 días para que lo atiendan a uno en urgencias o en su centro de salud, respectivamente. Es verdad que todos somos usuarios o pacientes, pero la paciencia tiene un límite.

Y así se llega a una realidad asistencial y laboral en la que "es más fácil (y más factible) prescribir que escuchar"; o derivar pacientes sin abordar el problema con todos los medios a nuestro alcance; o que te devuelvan una interconsulta para fondo de ojo porque no consta el valor de hemoglobina glicada del paciente y es su médico quien la tiene que pedir; o acudir directamente al hospital con mi catarro porque si tengo que esperar 6 horas para saber que no tengo neumonía, me ahorro tener que esperar 3 días para que me tienda mi médico... Luchar contra esto, contra todo ello intentando hacer educación sanitaria y una buena gestión de los recursos disponibles implica enfrentamientos frecuentes, con el consiguiente malestar para el paciente y para el médico y no todo el mundo está dispuesto a ello, porque al igual que no todos los pacientes creen en lo público y en que lo público también se defiende haciendo un uso adecuado (en sentido cualitativo), tampoco todos los profesionales de AP creen en la AP o en la responsabilidad que tienen en la gestión desde la consulta, a pesar de (o gracias a) que los gestores se esfuerzan en agradecer nuestro esfuerzo a su manera, es decir, con peores condiciones. Hoy me contaban el caso de un paciente que recogía todos los meses 12 recetas de paquetes de gasas de 100 unidades: 1200 gasas al mes, 40 gasas al día. Y ni tenía herida quirúrgica ni patología que lo justificase, pero al negarse el médico (nuevo en el cupo) a seguir prescribiendo esa cantidad de gasas, la Inspección resuelve que "al paciente, lo que necesite". Qué lástima que no sean tan generosos con el visado de pañales a pacientes inmovilizados o con demencia.

Cuando en los centros de salud no se tiene una mínima sensación de "seguridad o respaldo" ni se dan unas mínimas condiciones para asegurar la calidad asistencial debido a las no sustituciones (médicos titulares, o bien sustitutos con contratos precarios, pasando consulta de 2 cupos e incluso las urgencias de un tercer cupo), el celo se extrema, la medicina defensiva se propaga y la demora en las citas con el médico se dispara. Esta navidad se han dado citas para dentro de una semana en centros de salud de la ciudad de Murcia. En otros centros la demora ha sido menor, de 2-3 días. Está demostrado que el doblaje de cupos aumenta la demora pero esa variabilidad entre centros no depende sólo de la capacidad de gestión de las agendas por parte de los profesionales (hora de inicio y fin; cada cuántos minutos por paciente y número de citas programadas, demanda y urgencias), que también, sino que además influye la capacidad física y mental de los mismos profesionales para pasar 2 consultas con los mínimos criterios y la mínima sensación de calidad asistencial, más las urgencias no demorables que aparecen en el día.

Que este colapso de la AP se traslada a los SUAP es innegable, y éstos ven mermada la calidad asistencial hasta el punto de incrementar notablemente las derivaciones a urgencias del hospital por cuadros que, con una gestión más eficiente (en los SUAP: un refuerzo de tarde para 'interiores' en según qué épocas, poder hacer Rx o tener más puntos de oxígeno para nebulizaciones, en definitiva, más medios y más tiempo por paciente) seguramente no precisarán atención hospitalaria dentro de un rato por mala evolución, ni revisión por su médico de familia al día siguiente. El problema es que con un equipo de interior (pasando consulta) y uno de exterior (ambulancia), turnándose cada 2  horas, a poco que aumente la presión asistencial no dan abasto y cualquier duda razonable (y según pasan las horas de guardia algunas certezas se tornan en dudas) es derivada "para descartar patología" o para "realizar pruebas complementarias" o "para valoración por cardiólogo de guardia", por más que en el SUAP sepan que el hospital no tiene ni ha tenido jamás cardiólogo de guardia y el que atenderá a la paciente en la puerta de urgencias será un residente con muchos pacientes en el casillero y muchas horas de trabajo a sus espaldas, o un adjunto con más de 100 pacientes triados y con 3 residentes a los que resolver dudas y supervisar.

Insisto. El fracaso de una AP "a medio funcionamiento" repercute en todo el sistema. Ejemplos aquí, aquí y aquí.

Como dice Javi Padilla en ¿Tú eres más de gripes o de trasplantes? "(...) Desde que se formó nuestro Sistema Nacional de Salud llevamos escuchando de forma repetida que la atención primaria es la base del sistema sin que eso se haya concretado jamás en ningún impulso organizativo (y económico) que intentara convertir esas palabras en realidad (en la gráfica se puede ver la evolución de cada partida de gasto en los últimos años)."  Ha bastado la llegada de los catarros típicos de cada invierno para evidenciar el problema cada año repetido, agravado por la estructuración rígida de plantillas, el horario de oficina y el maltrato sistémico y sistemático a la Atención Primaria vía presupuestos. No nos coge por sorpresa, sobre todo a los que esta navidad hemos doblado consulta. Se esperaba el colapso de la AP y las urgencias en estas fechas, pero es más fácil actuar a demanda y no planificar con antelación porque siempre habrá enfermeras de equipos volantes y médicos en precario disponibles para mañana o para ya.
Que un usuario, pagador del sistema, pida cita urgente con su médico de familia y no le den cita para ese mismo día ni para el día siguiente no es aceptable ni deseable, sobre todo cuando el médico no ha visto al paciente y no ha podido decir si es o no urgente. Que alguien tenga que pedir una cita para entregar un informe en blanco y otra cita para recogerlo cumplimentado, tampoco es de recibo existiendo otros circuitos "habilitables" y medios informáticos sencillos y accesibles. Que con la implantación d la receta electrónica las Farmacias se limiten a canjear vales descuento no es de recibo y deben asumir funciones como la gestión de los visado, el desarrollo de programas o intervenciones para aumentar la adherencia a los tratamientos crónicos, mejorar el uso de antibióticos y promover la seguridad del paciente. Los farmaéuticos de Atención Primaria, por su importancia y su cercanía en el barrio son imprescindibles para estos propósitos. Por otro lado, los usuarios están cada vez más implicados y activos, exigiendo ya no sólo soluciones políticas para la crisis sanitaria que vivimos, sino también formar parte de los grupos que deben analizar estos problemas y sus posibles causas y remedios, si los hubiera.

En este sentido, y aunque suponga nadar a contracorriente por aquello de lograr la conciliación laboral y familiar, se hace cada vez más necesario renunciar a la comodidad del horario de oficina en los centros de salud y recuperar al menos una consulta de tarde por semana, con libertad de aumentar a dos tardes si la naturaleza del cupo lo aconseja, y hacerlo en base a estudios económicos y de salud, y no en base a decisiones meramente organizativas aunque también son importantes. Es algo que en cada cupo y en cada centro de salud por el que voy pasando, voy preguntando a los pacientes y hasta la fecha no me he encontrado a ninguno que no quisiese que su médico pasara consulta una tarde a la semana. Es una posibilidad a estudiar. No es inviable, ya se hacía y se quitó para ahorrar en luz y calefacción; pero también se puede ahorrar en muchas cosas de las que todos/muchos hablamos (empezando por el uso racional del medicamento, la desfinanciación de los 'me too' con peor coste-eficiencia y diseñar guías, protocolos y vías clínicas más operativas, con resultados en salud y basadas en la evidencia), y que nadie parece interesado en recoger y estudiar, aunque también es cierto que basta con el anuncio de unas futuribles oposiciones para que la mayoría de los que ahora se interesan por el presente y futuro de la AP y la sanidad pública se centren en otros temas y temarios... Así de egoísta es el futuro, que a veces se come al presente.

Se acerca tiempo de elecciones y los temas sanitarios van a estar en el candelero. Estaremos atentos.

17 de octubre de 2014

LUCES Y SOMBRAS DE LA MAMOGRAFÍA EN LA DETECCIÓN PRECOZ DEL CÁNCER DE MAMA.


El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres en España. En 2012 (datos publicados en 2014), supuso el 29% de los cánceres diagnosticados en mujeres y la mortalidad por dicho cáncer fue del 11.9%, mientras que la prevalencia a 5 años fue del 40.8%[1]. El riesgo aumenta con la edad y el mayor número de casos se da en mujeres de 50-70 años (23-29 casos/1000 mujeres). Por debajo de los 50 años no es tan frecuente, salvo formas hereditarias, y entre los 70 y los 80 años de edad el incremento de casos es menor.

Existen distintos niveles de prevención (primaria, secundaria, terciaria, incluso cuaternaria). La prevención primaria consiste en prevenir la aparición de la enfermedad actuando sobre sus factores de riesgo, reduciendo así la probabilidad de que ésta ocurra. La prevención secundaria o cribado (screening, en inglés) consiste en la detección temprana de la enfermedad cuando ésta ya está presente pero aún no ha dado síntomas. Por tanto, el cribado no previene la enfermedad sino que anticipa, adelanta el momento del diagnóstico. Todo cribado conlleva riesgos y beneficios y existen unas consideraciones éticas de los cribados (beneficiencia, no maleficiencia, justicia y autonomía)[2].

En la actualidad, en nuestro país se llevan a cabo programas de screening de cáncer de mama dirigidos a las mujeres entre los 50 y los 65 años, mediante la realización de mamografías cada 1-2 años, según resultados. Recientemente, se está incorporando a los programas de screening las mujeres en edades entre 45-49 años y 65-69 años[3]. En un folleto informativo para pacientes en Asturias se les informa que de cada 1000 mujeres cribadas con mamografía, 900-950 mujeres tendrán una mamografía interpretada como normal, 50-100 mujeres necesitarán otras pruebas para confirmar o descartar el diagnóstico y 3 mujeres serán diagnosticadas de cáncer de mama.[4]

Antes de ser aplicada de forma generalizada en programas de salud pública, la mamografía de cribado se había probado en estudios entre las décadas de 1960 y 1980. Se observó que la mortalidad por cáncer de mama (mortalidad cáncer-específica) era un 15-25% menor en las mujeres de entre 50 y 69 años sometidas a mamografía de cribado, respecto a las que no se habían realizado el cribado.[5]

Estudios recientemente publicados arrojan diferentes tasas de reducción relativa del riesgo de muerte por cáncer de mama atribuibles al cribado mamográfico: 15% en la revisión nórdica (Cochrane, 2011 y 2013)[6,7]; entre el 14% en mujeres de 50-59 años y el  32% en mujeres de 60-69 años en la revisión americana (USPSTF, 2009)[8]; 21% en mujeres de 50-69 años en la revisión canadiense (Canadian Task Force,2011)[9]; el 20% en la revisión inglesa (ISBR, 2012)[10]; entre el 26% con cribado oportunista y el 38% con cribado rutinario en la revisión europea (Euroscreen, 2012).[11,12]

Estas diferencias se trasladan al número necesario de mujeres a cribar (es decir, a las que hay que realizar mamografías) de forma rutinaria entre los 50-69 años de edad, y durante cuánto tiempo, para evitar una muerte por cáncer de mama: 2000 mujeres durante 10 años en la revisión nórdica; 235 mujeres durante 20 años en la revisión inglesa; 720 mujeres durante 11 años en la revisión canadiense; entre 337 (60-69 años de edad) y 1339 (50-59 años de edad) durante 7 años en la revisión americana. Como consecuencia, las recomendaciones sobre a qué franja de edad hay que realizar el cribado, y con qué periodicidad, también difieren entre los distintos países.

El Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC-PAPPS), por el cual se guían muchos médicos de familia, ratificó en 2012 la recomendación de cribado poblacional mamográfico cada 2 años a mujeres de 50-69 años (evidencia moderada, recomendación débil a favor) y recomendaba además ofrecer el cribado entre los 70-74 años (evidencia baja, recomendación débil a favor). A raíz de la polémica suscitada hace unos meses en la blogosfera sanitaria tras la publicación de varios textos que, a la luz de nuevos estudios[6-12], abogaban por un debate sobre los programas de cribado mamográfico poblacional[13], el PAPPS se vio empujado a pronunciarse y ratificó que las recomendaciones de 2012 seguían estando vigentes[14].

En cuanto a los riesgos y beneficios del cribado mamográfico, la controversia viene de lejos. En el año 2000, Peter Gøtzsche  publicó en The Lancet[15] una revisión de los resultados en salud del programa sueco de cribado poblacional del cáncer de mama, con mamografía anual. Observó que la autoexploración mamaria era poco útil y que mientras la mortalidad específica por cáncer de mama era un 0.1% inferior en el grupo de cribado tras 12 años de seguimiento mamográfico, la mortalidad global era un 1.05% mayor que en el grupo sin cribado. Así, por cada 1000 mujeres cribadas durante 12 años, se evitaba 1 muerte por cáncer de mama y se producían 6 muertes adicionales por otras causas. Además, el cribado asociaba otros inconvenientes: 4-6% de falsos positivos, hallazgos de relevancia clínica incierta (sobrediagnóstico, con el consecuente sobretratamiento) y malestar psicológico para las mujeres. Los autores concluyeron que no había evidencias que justificaran el cribado del cáncer de mama con mamografía y que ésta causaba más muertes que las que evitaba. El artículo sembró la controversia y ésta se acrecentó en 2001, cuando los editores de la organización para la que trabajaba (The Cochrane Collaboration) no permitieron que los efectos secundarios descritos aparecieran en la actualización publicada por esta organización, cuyas revisiones tienen una gran relevancia internacional.

En 2011, tras avanzarse los resultados de nuevos estudios, el mismo Peter Gøtzsche publicó un artículo en el blog oficial de la Cochrane[16] como director de la Nordic Cochrane Center, donde comentaba que, probablemente, hay tres razones de peso por las que el cribado con mamografía no es efectivo cuando la terapia adyuvante está disponible. El primero es que la quimioterapia moderna es altamente efectiva, pero su uso no estaba tan extendido en los estudios antiguos. En segundo lugar, la concienciación sobre el cáncer de mama ha jugado un papel importante, en tanto en cuanto las mujeres consultan antes a su médico ante la sospecha de cáncer. En tercer lugar, la mejora en los circuitos asistenciales, el abordaje multidisciplinar y la centralización de servicios han contribuido a mejorar el abordaje diagnóstico-terapéutico.

En los últimos tiempos, las voces críticas contra el cribado han ido aumentando conforme las revisiones más recientes revelaban nuevos datos sobre el cribado de cáncer de mama con mamografía, en términos de salud. En concreto, la revisión canadiense[9] aporta datos sobre los resultados del cribado mamográfico cada 2 años en mujeres de 50-69 años durante los últimos 25 años (la serie de casos arranca en 1980). A diferencia de estudios más antiguos, incluyó pacientes en la era de la educación en la autoexploración mamaria y del tratamiento sistémico adyuvante de rutina para el cáncer de mama. Estas importantes características hacen que este estudio sea más informativo que otros más antiguos para el actual contexto sociosanitario. No se encontró que el cribado mamográfico redujese la mortalidad por cáncer de mama. Además, se estima que el 22% de los cánceres invasivos diagnosticados en el cribado no habrían reducido la esperanza de vida las mujeres si no se hubieran detectado (22% sobrediagnóstico). Los resultados son muy similares a los de las otras revisiones recientes que han evaluado programas de cribado.

La cantidad real de sobrediagnóstico podría ser incluso más alta porque los cánceres no invasivos no se incluyeron en los análisis de la revisión canadiense. Además, a día de hoy no conocemos con exactitud la biología del cáncer de mama y la evolución de las distintas lesiones (hallazgos de significado clínico incierto). A este respecto, los defensores del cribado relativizan el sobrediagnótico argumentando que, justo porque no conocemos el comportamiento de estas lesiones y porque las formas no invasivas suponen uno de cada cuatro cánceres detectados por cribado (como es el caso del carcinoma ductal in situ en algunas series), el diagnóstico temprano permite un tratamiento menos invasivo y mejores resultados en salud. Pero, a la luz de las nuevas evidencias, la máxima de que “la inversión en cribado es inversión ensalud”[17] podría no ser del todo cierta en este caso.

En el escenario sociosanitario actual nos encontramos, por un lado, con el furor diagnóstico-terapéutico, la medicina defensiva, la implementación relativamente rápida de la nuevas tecnologías sanitarias y la existencia de colectivos interesados en que se mantengan determinadas tecnologías e intervenciones; y por otro lado, nos encontramos con unos recursos limitados, la preocupación por la seguridad del paciente, el interés creciente de asociaciones de pacientes por estar informados y participar en las decisiones sanitarias, la necesidad de practicar una gestión sanitaria coste-eficiente y coste-oportuna y de adoptar unas políticas de salud pública basadas en la mejor evidencia científica.

Pese a la aceptación social y la popularidad de los programas de detección precoz del cáncer de mama mediante mamografía, los resultados clínicos actualmente disponibles hacen dudar de su efectividad cuando la terapia adyuvante para el tratamiento del cáncer de mama está disponible.

El próximo domingo 19 de octubre es el Día contra el cáncer de mama y se realizarán actos por todo el país, para la sensibilización y concienciación sobre la lucha contra la enfermedad. Aunque a día de hoy no está claro si los programas poblacionales de cribado mamográfico rutinario llegarán a suprimirse o si las recomendaciones sobre el cribado serán modificadas a corto plazo, se hace necesario un debate amplio y sosegado sobre la mamografía como test de cribado de cáncer de mama. Sería recomendable igualmente informar a las mujeres y a los profesionales implicados en el proceso diagnóstico-terapéutico del cáncer de mama, con especial énfasis en los médicos de Atención Primaria, sobre los beneficios y riesgos probables de la mamografía. En aras de una mayor transparencia y de un mejor conocimiento científico, se debería a exigir a todos los programas de cribado la publicación de los datos completos de la eficacia diagnóstica del cribado de cáncer de mama, los costes y los resultados en salud. En última instancia, no podemos obviar que no se trata sólo de mamografías, sino de personas.


BIBLIOGRAFÍA (no se han seguido normas Vancouver).
[1] Informe: Las cifras del cáncer en España 2014. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Disponible en: http://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/Las_cifras_del_cancer_2014.pdf 
[2] Ponencia de Cribado Poblacional de la Comisión de Salud Pública. Documento marco sobre cribado poblacional. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Madrid; 2010. Disponible en: https://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/docs/Cribado_poblacional.pdf 
[3] Diagnóstico precoz del cáncer de mama. Asocición Española Contra el Cáncer (AECC). Disponible en: https://www.aecc.es/sobreelcancer/cancerporlocalizacion/cancermama/paginas/diagnosticoprecoz.aspx
[4] Detección precoz del cáncer de mama. Información para la población. 2011. Consejería de Sanidad. Dirección General de Salud Pública. Servicio de Salud del Principado de Asturias. Gobierno del Principado de Asturias. Disponible en: http://www.asturias.es/Astursalud/Ficheros/AS_Salud%20Publica/AS_Salud%20Poblacional/PDPCM/informacion%20cribado%20cancer%20mama%20para%20mujeres.pdf
[5] Kalager Mette, Adami Hans-Olov, Bretthauer Michael. Too much mammography BMJ 2014; 348:g1403. Disponible en: http://www.bmj.com/content/348/bmj.g1403
[6] Gøtzsche PC, Nielsen M. Screening for breast cancer with mammography. Cochrane Database Syst Rev 2011(1):CD00187. Actualizado en [7]
[7] Gøtzsche PC, Jørgensen KJ. Screening for breast cancer with mammography. Cochrane Database Syst Rev. 2013 Jun 4;6:CD001877. doi: 10.1002/14651858.CD001877.pub5. Disponible en: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/14651858.CD001877.pub5/pdf
[8] Nelson HD, Tyne K, Naik A, Bougatsos C, Chan B, Nygren P, Humphrey L. Screening for Breast Cancer: Systematic Evidence Review Update for the U.S. Preventive Services Task Force. Evidence Review Update No. 74. AHRQ Publication No. 10-05142-EF-1. Rockville, MD: Agency for Healthcare Research and Quality; 2009. Disponible en: http://annals.org/article.aspx?articleid=745247
[9] Miller Anthony B, Wall Claus, Baines Cornelia J, Sun Ping, To Teresa, Narod Steven A et al. Twenty five year follow-up for breast cancer incidence and mortality of the Canadian National Breast Screening Study: randomised screening trial BMJ 2014; 348:g366. Disponible en: http://www.bmj.com/content/348/bmj.g366 
[10] Independent UK Panel on Breast Cancer Screening: The benefits and harms of breast cancer screening: an independent review. Lancet 2012; 380(9855):1778-86. doi:10.1016/S0140-6736(12)61611. Published
Online: 30 October 2012. Disponible en: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2812%2961611-0/fulltext 
[11] EUROSCREEN Working Group: Summary of the evidence of breast cancer service screening  outcomes in Europe and first estimate of the benefit and harm balance sheet. J Med Screen 2012;19 Suppl1:5–13 DOI: 10.1258/jms.2012.012077. Disponible en: http://msc.sagepub.com/content/19/suppl_1/5.long
[12] Njor S, Nyström L, Moss S, Paci E, Broeders M, Segnan N, Lynge E, The Euroscreen Working Group. Breast cancer mortality in mammographic screening in Europe: a review of incidence-based mortality studies. J Med Screen. 2012; v19. No.Suppl 1:33-41. Disponible en: http://msc.sagepub.com/content/19/suppl_1/33.long 
[13] ¿Qué se cuece? La blogosfera resumida en AMF. Mamografías no preventivas (del 8 al 14 de febrero). 2014. Disponible en: http://amfsemfyc.wordpress.com//02/17/mamografias-no-preventivas-del-8-al-14-de-febrero/
[14] Marzo-Castillejo M. The breast cancer screening: do you need to change?. Aten Primaria. 2014 Jun-Jul;46(6):273-5. doi: 10.1016/j.aprim.2014.04.005. PubMed PMID: 24947846. Disponible en: http://zl.elsevier.es/es/revista/atencion-primaria-27/articulo/el-cribado-cancer-mama-debe-90332035
[15] Is screening for breast cancer with mammography justifiable? Gøtzsche P, Olsen O. The Lancet - 8 January 2000 ( Vol. 355, Issue 9198, Pages 129-134 ) DOI: 10.1016/S0140-6736(99)06065-1. Disponible en: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2899%2906065-1/fulltext
[16] Mammography screening ten years on: reflections on a decade since the 2001 review. Gøtzsche P. Disponible en: http://www.cochrane.org/news/blog/mammography-screening-ten-years-reflections-decade-2001-review 
[17] Ascunce Elizaga Nieves. En apoyo a la inversión en cribado. Gac Sanit  [revista en Internet]. 2013  Ago [citado  2014  Oct  16] ;  27(4): 369-371. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-91112013000400017&lng=es

2 de julio de 2014

Avería y redención de la Medicina Basada en la Evidencia

Así se titula el último artículo publicado en el blog de NoGracias, firmado por el grupo de Murcia y que consiste en una traducción del artículo publicado en The BMJ: "Evidence based medicine: a movement in crisis?“. Un resumen profundo de las debilidades de la Medicina Basada en la Evidencia que no se queda solo en la crítica, sino que hace propuestas igual de profundas y exigentes.

Voy a destacar sólo un punto del artículo, en el apartado de Propuestas para volver a una verdadera MBE, que, a mi juicio, ataca el corazón de uno de los tres grandes problemas estructurales de la práctica clínica basada en la evidencia, como si de un misil auto-dirigido a la línea de flotación de la MBE se tratase: la falta de aplicabilidad de las evidencias a los pacientes concretos atendidos en consulta. Y esto es fruto, por una parte, de un excesivo énfasis en la detección de pequeñas diferencias, conduciéndonos a la acumulación de excesiva evidencia clínicamente irrelevante (que las diferencias encontradas sean estadísitcamente significativas no implica que clínicamente también lo sean, o que sean relevantes para el paciente); y por otra parte, del hecho innegable de que la construcción de la evidencia es modulable y falseable (sesgos de selección y de publicación; realización de pocos estudios potentes y bien diseñados sobre medidas no farmacológicas y menos aún sobre intervenciones comunitarias). En otras palabras: la construcción de la evidencia está sujeta a los mismos problemas que los ladrillos (ensayos clínicos) con los que se construye.

En este sentido, la propuesta del artículo del BMJ es bastante interesante en cuanto a que sugiere reorientar el foco de atención de la MBE:
Individualizar para el paciente: La medicina basada en la evidencia real tiene en el cuidado de pacientes individuales su máxima prioridad, preguntando: “¿Cuál es el mejor curso de acción para este paciente, en estas circunstancias, en este momento de su enfermedad o condición?” (39). Consciente y reflexivamente se niega a dejar que los medios (hacer pruebas, prescripción de medicamentos) dominen los fines (el objetivo compartido determinado en un caso concreto). Considera aspectos éticos y existenciales (¿Cómo debemos vivir? ¿Cuándo debemos aceptar la muerte?) y, con esos objetivos en mente, distingue cuidadosamente entre si se debe investigar, tratar o cribar y cómo hacerlo (40)
Para apoyar este enfoque, la evidencia debe individualizarse para el paciente. Esto requiere que los resultados de la investigación pueden expresar de una manera que la mayoría de la gente pueda entender (por ejemplo, el número necesario a tratar -NNT-, el número necesario para dañar -NNH- y el número necesario a cribar -NNS- (41) y que los profesionales, junto con sus pacientes, sean libres de tomar decisiones sobre el cuidado más apropiado que puede no coincidir con la “mejor evidencia (promedio)”.
Es importante destacar que la toma de decisiones compartidas no es lo mismo que informar al paciente de una serie de opciones ya predefinidas. Más bien, se trata de averiguar lo que es importante para los pacientes, lo que está en juego para ellos y hacer un uso juicioso del conocimiento y el rol profesional (¿En qué medida y de qué manera, esta persona quiere ser “empoderada”?) de forma que la introducción de los datos de investigación informe un diálogo sobre lo que es mejor hacer, cómo y por qué. Este es un concepto simple pero de ninguna manera fácil de cumplir. Se necesitan herramientas que contengan estimaciones cuantitativas del riesgo y del beneficio pero deben ser diseñados para apoyar las conversaciones no para fabricar árboles de probabilidad.
Totalmente de acuerdo. A los que de vez en cuando nos toca navegar en el mar de la MBE, nos cuesta explicar (hacer comprensible) por qué hay que usar los cocientes de probabilidad en lugar de sensibilidad o especificidad, y mira que no es un detalle baladí (¿acaso una población de monjas y una de prostitutas tienen la misma probabilidad de que una úlcera genital se deba una ETS?), o el NNT y el NNH en lugar de los riesgos relativos. Los autores de los artículos y los editores de las revistas no son coscientes de la importancia de construir una MBE humana y comprensible, de ahí que largos y minuciosos procesos de revisión para sintetizar la evidencia disponible sobre un tema acaben plasmados en papeles incomprensibles y sin uso en la práctica clínica habitual.

Hay otras maneras de transmitir conocimiento para pacientes (hojas informativas, procurando contar con pacientes para su elaboración; también paneles visuales con los NNT y NNH que se pueden generar online)  y para profesionales. Sin embargo, sólo una fracción de la evidencia disponible se presenta en forma utilizable y pocos médicos son conscientes de la existencia de tales ayudas en la toma de decisiones compartidas. Es un tema en el que las asociaciones de usuarios y de pacientes deberían tener mayor protagonismo y hacer mayor hincapié, habida cuenta de que las preocupaciones de las sociedades científicas andan por otros derroteros.

Mientras tanto, y en ausencia de una mejor guía para la práctica clínica, si la MBE no quiere ser fagocitada por sus propias reglas del juego, deberá irse transmutando en lo que debiera haber sido, alejándose de los conflictos de interés y estando al servicio de su propósito principal: generar conocimiento científico útil para los profesionales y los pacientes. Hagamos porque así sea. La evidencia no es estanca ni permanente, sino que está en continua construcción. Construyamos la casa que necesitamos y no la que nos quieran vender.

16 de junio de 2014

NO al encarcelamiento de Carlos y Carmen


Como profesionales de la salud y como ciudadanos y ciudadanas, expresamos nuestra preocupación por la represión y criminalización de la respuesta cívica y concretamente de la situación de Carmen Cano y Carlos Bajo como se expresa de forma detallada en el siguiente texto.

Por ello proponemos:

1. Os animamos a participar en la petición que se remitirá al Ministerio de Justicia para la concesión de indulto (es urgente: la carta se remitirá el martes). Bien firmando directamente aquí:
https://www.change.org/es/peticiones/ministerio-de-justicia-concedan-el-indulto-a-carlos-y-carmen
O bien remitiendo vuestro modelo de carta personalizada (que podéis descargar aquí) a a la siguiente dirección: stoprepresion.acampadagranada@gmail.com

2. Os invitamos a difundir la información sobre el caso de Carlos y Carmen en todas las asociaciones, plataformas, sociedades científicas y colegios profesionales de vuestro entorno relacionadas con sanidad y salud. Consideramos que establecer un proceso de reflexión y debate sobre este asunto puede ser muy enriquecedor para evitar que vuelvan a ocurrir situaciones similares.

3. Animamos e invitamos a dichos colectivos a implicarse y como hicieron otras asociaciones, sociedades científicas y colegios profesionales, a difundir y denunciar la desproporcionada pena impuesta en el caso de Carlos y Carmen.

4. Podéis difundir vuestra fotografía solicitando el indulto para Carlos y Carmen y que se detenga su proceso de encarcelamiento. (descargar cartel aquí)

Ya sea por ética profesional, por dignidad o simplemente por humanidad, no podemos quedarnos de brazos cruzados.

19 de mayo de 2014

Fin de ciclo.

Hoy me despido del Profesor Jesús Marín, cuya vida conocí a través de su hermana y su cuñado. Hoy le digo adiós a mi barrio de San Roque, a las calles y a las empinadas cuestas de Molina. Me despido de mi otra familia, de mi equipo de Atención Primaria, de mis cuatro enfermeras (Pedro, Rosario, Mónica y Juana), de la Comisión de Salud Comunitaria, de las sesiones clínicas a primera hora salvo los lunes y de las tardes de investigación.

Me despido de los domicilios y las consultas programadas, de las consultas sagradas. De la depresión, de la ansiedad, de las cicatrices que en las familias dibuja esta crisis; de los factores de riesgo cardiovascular y la porno-prevención, de las urgencias que no eran urgentes pero lo son; del cribado oportunista, de no dañar a la población; de la educación poblacional y enseñar a pescar. De todos aquellos libros con rostro humano -capítulos con nombres y apellidos- que se empeñaron en contradecir las guías de práctica clínica y en hacerme aprender a exorcizar de uno en uno todos sus síntomas y sus signos para muchas veces no llegar a ponerles nombre a sus demonios, ni a dar con la tecla que alivia sus sufrimientos. Personas que me obligaron a mirar a los ojos y a ver con otros ojos los ojos y las palabras de los que tienen un miedo (ojalá sólo uno) y quieren contarlo en entregas de ocho minutos.

Ha sido un placer haber compartido tanto con tanta personas, sobre todo con mis co-erres (Rogelio, Juanjete, David), con quien me abrió el camino (Nardi) y con quienes recogen el testigo (Rafa, ya R4, Violeta siempre mi R1). Y, por supuesto, con quien me ha sabido guiar en este viaje (Mario, que es ¡un Pope!, aunque se enfade). 

Comencé la residencia entre algodones, bendecido por mi R4, y la acabo con una R1 que es un diamante que brilla con luz propia y con la impresión de que la suerte me ha sonreído por encima de mis posibilidades: por formarme en un templo de la Medicina Familiar y Comunitaria en una comunidad que se cree lo de la participación, lo de las desigualdades y los condicionantes, lo psicosocial, lo de la construcción de la evidencia, lo de la promoción de la salud, lo de la prevención cuaternaria, lo de la cirugía menor, lo del paciente experto... Por haberme formado en un hospital que se cree a los residentes de Familia y les ofrece oportunidades formativas; por haber tenido un servicio de urgencias que ha sido "mi servicio" en el hospital, con profesionales con pijamas y bolsillos de todos los colores que han sido maestros y compañeros; por haber compartido horas y horas con residentes de otras especialidades que han complementado mis principios y mis habilidades... Por cuatro premios regionales de investigación en cuatro años; por el honor de haber leído el discurso de la graduación junto a Juanjo; por la sorpresa del premio al mejor portafolio formativo, que no vale para nada, pero es lo que más ilusión me hace por lo que espero que signifique: que se puede evaluar a los residentes de otra manera, más reflexiva, más cualitativa y menos rígida; y esto debe cambiar de abajo para arriba: de los portafolios (por tanto, de los residentes) a la unidad docente, y no al revés.

Han sido cuatro intensos y gloriosos años, los mejores de mi vida. No habrá dinero ni tiempo en esta vida ni en cinco más para poder saldar la deuda por todo cuanto me habéis enseñado, todos y cada uno.

Hoy me despido de mi centro de salud, pero parece que me despido de mucho más. En el desierto del horizonte se atisba un oasis de verano, pero será probable espejismo y puede que tardemos mucho en pisar de nuevo un centro de salud como médicos de Familia. No hay cosa más absurda que formar a profesionales y negarnos la mínima posibilidad de trabajo, pero ese es otro debate y hay que querer escuchar para que merezca la pena hablar.

Nos vemos en la siguiente etapa del viaje, sea cada cuando sea. Un abrazo y mucha suerte.

16 de abril de 2014

El resto son muchos y muchas veces.

El miércoles falló la primera paciente del día. Era una cita programada (30 minutos = 4-5 huecos normales) y aproveché el tiempo para repasar la agenda de los días siguientes. Me di cuenta de que los huecos de la agenda del jueves estaban ya todos cogidos y que para el viernes sólo quedaban dos citas disponibles, así que creé 5 huecos 'extra' para el jueves y otros 5 para el viernes. El propósito era reducir los días de demora y que cuando un paciente pidiese cita, no le dieran para dentro de 3 días sino para el mismo día o para el día siguiente. Hasta aquí la teoría...

Crear esos 5 huecos suponía comenzar a trabajar 20 minutos antes y acabar 10 minutos después. Eso según la agenda, pues, "en el mundo real" de una consulta de Atención Primaria, esos 5 huecos conllevan empezar 20 minutos antes y acabar 30 minutos después de la hora a la que habitualmente veo al último paciente, y conlleva sacrificar los 15 minutos de descanso a media mañana y aún así acumular retrasos de hasta 40 minutos en algún tramo horario de la consulta. Pero todo sea por la "calidad (¿o cantidad?) asistencial".

La sorpresa me la llevé ayer, el primero de los día con huecos 'extra', al darme cuenta de que en la tarde del miércoles ya se habían agotado todos los huecos creados para el jueves y un par de los del viernes, y que para el lunes sólo quedaban 3 huecos. Así que, el jueves, volví a crear otros 2 huecos para el viernes (empezando 20 minutos antes, acabando 30 minutos después y suprimiendo por completo el teórico descanso de media mañana) y otros 2 más para el lunes, y a los pacientes que requerían un control estrecho para ver la evolución de sus patologías los cité "fuera de agenda" (forzando citas) para no quitar más huecos de la agenda del lunes.... "¡Qué bien gestiono la consulta!", me dije.Y acto seguido me tomé una cerveza sin alcohol al salir del centro de salud, para celebrar mis logros como R4.

Y esta mañana, la decepción. Al llegar a las 8 de la mañana y encender el ordendor, reviso la agenda de ayer y me doy cuenta de que 3 de los que ocuparon los huecos 'extra' del jueves no acudieron y que incluso dos de ellos habían pedido cita también para hoy y tampoco han venido. Hoy, de 38 citados (más las 5-6 urgencias habituales), 10 no han acudido a la cita. Miro la agenda del lunes y está completa, quedando ya solo 6 huecos para el martes (incluyendo los huecos reservados para las urgencias y que sólo se pueden dar el mismo día acudiendo al centro de salud y pidiendo cita "urgente"). Me pongo a revisar quiénes
son los pacientes que no han venido, si son muy mayores, si pueden estar ingresados (miro en Selene del hospital para ver si están ingresados), si suelen venir por problemas agudos o para recetas, etc; y en principio no había motivo alguno para no acudir a la cita. "Alguno no habrá podido por el trabajo o por los niños o por lo que sea", me digo, "pero, ¿y el resto?".

"El resto" es lo preocupante. El resto son muchos y muchas veces. El resto son personas que vienen a por las recetas 'de crónicos' y no aceptan de ninguna manera que se les haga un carnet de largo tratamiento para poder recoger las recetas en Administración, con la flexibilidad horaria (el centro está abierto de 8.00 a 21.00h) y personal (no hace falta que vengan ellos a recoger las recetas, puede venir un familiar al que le dejen su tarjeta sanitaria) y sin la atadura de una cita con su médico en horario laboral. El resto son también personas que cogen citas y que no acuden sin motivo aparente, de forma reiterada, y además han aprendido el truco de que por internet no les niegan una cita si han faltado a las previas. Otros son cambios de cupo, pacientes que han pasado ya por 3 o 4 médicos del centro y que jamás han venido a tu consulta pese a coger cita y que luego se dejan caer con 20 informes con sus patologías y sus seguimientos por distintos especialistas (un cardiólogo para la hipertensión con insuficiencia cardíaca, un endocrino para la diabetes, un urólogo para la hiperplasia benigna de próstata), o con 6 medicamentos y 10 envases de cada uno de estos medicamentos porque los deben en la farmacia. Otros tantos son pacientes con patologías crónicas que quieren que los derives injustificadamente a otro especialista o que les pidas determinada prueba complementaria no indicada -o que ha sido solicitada por un médico de la privada- y van consultando varias veces por ese motivo, a ver si a la que hace siete te rindes y les complaces.

"El resto", siendo muchos, son pocos comparados con Todos. Cualquiera puede fallar a una cita, todos nosotros, sea del tipo que sea. El problema es que no todas las faltas de asistencia tienen la misma repercusión. Las ausencias de estos dos días han supuesto que el tiempo que haya podido dedicar a cada paciente fuese menor; y que personas que con dos minutos más de atención tal vez se hubieran sentido cómodos para consultarme un problema que les ronda la cabeza desde hace tiempo y hasta ahora no se habían atrevido a consultar, se lo lleven de nuevo a casa y tengan que pedir una nueva cita, en el mejor de los casos. Si esa persona fuese tu padre y lo que quisiera contarme fuese un dolor en el pecho que le aprieta al caminar y que hace que le falte el aire y se ponga a sudar, ya no es tan "irrelevante". O si fuese una mujer que viene a por recetas de orfidal y lo que no le ha dado tiempo a contarme sea que su marido la maltrata, pero no ha sido posible porque "¡ya ves cómo está el patio! Hoy te voy a hacer las dos recetas que debes y cuando puedas vienes que hablemos de cómo va la ansiedad, de si duermes bien, las cosas de la casa".

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PS: Hoy he sido consciente de que puede que no haya prestado la mejor atención posible a dos de mis pacientes. No es que me haya equivocado con un diagnóstico o con un tratamiento, no es que lo haya hecho mal, pero lo podía haber hecho mejor. No estoy seguro de que haber vuelto a derivar a uno de ellos a otro especialista para su revisión anual en lugar de ofrecerle hacerle yo esa revisión, como le hago las otras y por lo que tantas veces me he quejado ("tener que derivarlo para esto..."), haya sido lo mejor. Para mi ha sido cómodo por rápido, pero luego seguiré quejándome de tener que hacer las recetas de los medicamentos que el otro especialista haya estimado convenientes prescribir, aunque me parezcan ilógicas o peligrosas y me suponga intentar convencer al paciente de que ese tratamiento no le hace falta o es inadecuado para él por sus otras patologías y su polimedicación. Y es que toda interconsulta tiene un precio.